lunes, 27 de octubre de 2008

La maestra Purita, un ejemplo a seguir

“Ninguna creencia, ningún ensueño, ninguna leyenda, ningún mito, si fueron vivos mueren”

Miguel Unamuno

Este domingo 4 de mayo, conmemoramos un año más del natalicio de la Maestra Purita, y nos encontramos aquí reunidos para rendirle un merecido homenaje a su capacidad docente, a su labor directiva, a su equilibrio intelectual y moral,  a su gran personalidad, a su compañerismo, a su honestidad, a su carácter, a su gran sentido humanitario, a todo esto que pudiéramos resumir en una sola palabra: Purita

Quiero antes de iniciar esta breve semblanza sobre nuestra querida maestra Purita, agradecer a los aquí presentes el enorme honor y privilegio que se ma ha conferido para dirigir estas palabras.

Hablar de la maestra Purita no es un menester fácil, si consideramos que grandes personalidades de la cultura de nuestro estado le han rendido honores a través de sus plumas y voces. Y me refiero a hombres y mujeres de la talla del Dr. Eduardo Urzaiz Rodríguez, el Dr. Luís Peniche Vallado, Dn. Humberto Lara y Lara, la Abogada Antonia Jiménez Trava y la propia Presidenta de nuestra recién creada Sociedad de Exvadillistas, la Profesora Candelaria Souza de Fernández , entre otros.

Referimos a la emérita y querida maestra Pura Irene Escalante de Cantillo a quien sus alumnos, compañeros de trabajo y amigos llamamos Purita, es referirnos al pilar más importante de la cultura vadillista y a uno de los más importantes de la educación en Yucatán.

La maestra Purita vio la luz por vez primera en la ciudad de Valladolid el 4 de mayo de 1905.

Realizó sus primeros estudios en dicha entidad, donde sobresalió como excelente alumna.

Motivada por su perenne deseo de servir a sus semejantes, pero muy especialmente a la niñez, inicia sus estudios docentes, mismos que concluye los días 27 y 28 de julio de 1921, sustenta sus exámenes de grado en el Auditorio de la Escuela Normal Mixta de Profesores, iniciando a partir de entonces una incansable tarea a favor de la niñez y la juventud yucateca que pasaron por sus manos por más de seis décadas, y quienes siempre tendrán hermosos y gratos recuerdos.

Sus primeras actividades docentes las realiza antes de graduarse. Para ello, presta sus servicios como maestra en el colegio de la Profesora Josefa Sánchez Brito.

El 17 de septiembre de 1921, estando ya titulada, recibe el nombramiento de Profesora de física y química para los sextos grados de la Escuela Primaria Superior, anexa a la Escuela Normal Mixta. Tiempo después, conocida ya por su probia capacidad, imparte las mismas materias a los alumnos del sexto grado de la Escuela Primaria “Josefa Ortíz de Domínguez”.

Al poco tiempo, contrae matrimonio con el también Profr. Fernándo Cantillo Güemez, con quien junto con el Dr. Luís Peniche Vallado fundan la Escuela “Agustín Vadillo Cicero” en 1931, al establecerse el ciclo secundario en el estado.

En 1940, tras el fallecimiento de su esposo el Profesor Fernando Cantillo, entonces Secretario del plantel, el Dr. Peniche Vallado, Director de la escuela quién había encontrado en Purita una excelente maestra y una colaboradora incomparable, le designa Secretaria de la escuela Vadillo.

En 1956, al ser nombrado el Dr. Peniche Vallado Jefe del departamento de educación pública, y dada su sobresaliente competencia y vehemente dedicación a las labores escolares, la Profra. Purita es designada para sustituirle en la Dirección de la escuela, donde labora incansablemente hasta su jubilación por problemas de salud en el año de 1981, culminando así más de sesenta años de brillante labor docente, durante los cuales vivió y trabajó como si tuviera la eternidad ante sí.

Durante el tiempo en que Purita ocupó la Dirección de la Vadillo, consiguió para la escuela por gestiones propias y por la buena fama que el plantel conservó desde su fundación, el local que actualmente ocupa, donado por el industrial yucateco Cabalán Marari en 1962, y construido en los terrenos del Fénix, cedidos por el gobierno de Don Agustín Franco Aguilar, constituyendo así, el primer edificio que se hizo ex profeso para una secundaria. A este respecto, cabe señalar que a pesar de que la escuela “Agustín Vadillo Cicero” fue fundada un año después que la “Cisneros Cámara” el inmueble fue otorgado a nuestra escuela, dado el reconocimiento que Purita se había granjeado entre la sociedad yucateca. El crecimiento de la escuela fue más notable a partir de entonces, pues Purita, con su tenacidad y su recta y honesta administración había sorteado los tiempos más difíciles de la vida de la institución.

Fueron también aquellos años, fechas de gloria para la escuela, tanto en las justas deportivas como en las culturales, pues el apoyo y el cariño que Purita tenía a los alumnos y maestros, los motivaba a dar lo mejor de sí y a prepararse perfectamente antes de cualquier evento. Testigo de ello, son la inmensa cantidad de diplomas y trofeso, que hasta hoy se conservan, otorgados por distintas instituciones a nuestra escuela durante el tiempo que se encontró bajo la dirección de nuestra homenajeada.

Es importante mencionar que paralelamente a sus tareas en la escuela secundaria Vadillo, la Profra. Purita fue invitada a ocupar la Tesorería de la Escuela Normal Superior de Yucatán al crearse dicha institución.

Entre los justos reconocimientos a Purita por su destacada y brillante labor docente, podemos citar entre otros, uno otorgado en 1958 por el Secretario del comité ejecutivo del Sindicato nacional de trabajadores de la educación como ciudadana ejemplar y como Hija distinguida de Mérida, respectivamente. La primera en 1978 durante la administración del Ingeniero Federico Granja Ricalde y la segunda en 1980 durante la gestión municipal del Lic. Gaspar Gómez Chacón. En 1971, recibió del entonces gobernador Carlos Loret de Mola, en el teatro del S.T.I.C., el 29 de septiembre y conferida por vez primera a una mujer. Las preseas “Pablo Moreno” e “Ignacio Manuel Altamirano” en mayo de 1972, que recibe el mismo día, por lo que únicamente asiste a la entrega de la segunda en el Estado de Querétaro, de manos del entonces Presidente de la República, Lic. Luís Echeverría Álvarez.

En 1987, durante la administración interina del Gobernador Dn. Victor Cervera Pacheco, fue develada en Plaza del maestro, la placa en la que se encuentra inscrito su nombre como un merecido reconocimiento a su trayectoria docente, honor que por vez primera se concede en vida a un homenajeado.

Purita falleció en esta ciudad el día 4 de enero de 1997.

La juventud estudiosa, pero muy especialmente la vadillista debe a Purita, quien les dedicó los mejores años de su vida, la culminación de sus sueños de mocedad, pues inspirados siempre por ella, y siguiendo su ejemplo han logrado ser magníficos profesionistas, destacados políticos y buenos ciudadanos.

Sin embargo es importante señalar que el más valioso tributo que un hombre puede recibir es el reconocimiento que la sociedad le confiere, y en el caso de Purita jamás alguien que le haya conocido se referirá a ella si no es con palabras de agradecimiento y admiración, así como con un profundo respecto a su acendrada persona y a todo lo que su puro y albo nombre encierra.

Purita no ha muerto, vivirá eternamente en nuestros corazones, en las páginas de nuestra historia y en la memoria de la sociedad yucateca.

Para concluir bien podríamos parafrasear a Platón quien decía: “Cuando la muerte se precipita sobre el hombre, la parte mortal se extingue, pero el principio inmortal se retira y se aleja sano y salvo”.


Mérida, Yuc. 4 de mayo de 1997.


Profr. Carlos Alberto Pérez Pérez